Esta obra es sin duda surrealista. Superpone y funde varias imágenes, que es el mecanismo que utiliza la metáfora. La Tierra es al mismo tiempo una manzana y el gusano que sale de ella, y que surge de Wall Stret, en el corazón financiero de EE.UU., es además de un gusano la serpiente que tentó a la mujer. El título es un componente más del juego de imágenes.
La obra me surgió de la lectura del libro de Jacques Rueff titulado El pecado monetario de Occidente. En ese libro aborda la degeneración del sistema monetario internacional. Primero las mercancías se fijaban con el patrón Cambio-Oro. Después de la guerra, las mercancías tomaron por referencia el sistema patrón Cambio-Dólar, duplicándose en la práctica la cantidad de dinero que se ofrecía en el mercado. Después el cambio vino en la modalidad del sistema. Antes era un cambio rígido; después de los años 70, para sobrepasar una grave crisis, los cambios de las principales monedas se hicieron flotantes. Más tarde, en el 2000, surgió el Euro.
La duplicación del sistema monetario, la invención de nuevo dinero, llamado dinero de plástico, y la velocidad de las anulaciones comerciales, inundan de monedas el sistema, que tiende a la perpetua inflación y a la huida hacia delante que vaticinó Karl Marx. Todas las medidas tomadas hasta ahora no son otra cosa que ir quitando las alarmas de las señales de peligro que se encienden en el sistema monetario y en la economía mundial. Lejos de solucionar los problemas, se alejan hacia delante sin encontrar una verdadera y duradera solución.