Esta obra es el complementario simétrico del ready-made. El redy-made es un objeto específico al que se le ha quitado esa especificidad. Se le ha quitado el uso para el que sirve. Es precisamente lo contrario de algunas esculturas a las que se les ha dado una aplicación específica, y se han convertido así en objetos. La Cibeles es más una fuente que una escultura. Eso sí, una fuente muy bonita, pero una fuente.
Duchamp afirmó que un ready-made es como colocar un Rembrant como tabla de planchar. En realidad debería haber dicho que es su contrario simétrico.
Si el ready-made es una escultura porque se le ha quitado su funcionalidad se parece a esas vajillas que duele colocarlas como objetos de uso y están completamente dedicadas al adorno. A éstas también se les ha quitado su funcionalidad y son objetos de arte por eso mismo, porque su función es más estética que funcional. De hecho, un jarrón chino parece una vasija hecha específicamente para decorar.
La sustitución del objeto de arte en objeto de uso y la elevación del objeto de uso a objeto de arte es algo que vive paralelo al arte desde todos los tiempos. Podemos decir que hay diferentes intensidades a la hora de que una escultura sea más o menos un objeto de uso y de que un objeto de uso sea más o menos una obra de arte. En el primer caso tenemos las fuentes, que ya hemos visto, y que son mitad y mitad objeto funcional y objeto artístico. Tenemos las Gárgolas que es probable que inspiraran las fuentes artísticas, y que su actividad funcional es muy escasa; sólo cuando llueve. No por ello su función es más artística que funcional.
Hay armas y objetos religiosos como cálices, ropas, palios, incensarios, sagrarios, etc.., hay objetos de la nobleza, como coronas, ropas, cetros, etc.., que están todos revestidos de arte y dotan al objeto funcional de un alejamiento con lo vulgar y acerca el objeto poco menos que al campo de lo mágico y de lo divino, dotando al poseedor de una gran poder.
En el otro lado, en el lado donde el objeto de uso sigue siendo objeto de uso pero en la frontera con el arte, tenemos el automóvil, para algunos verdadero icono del arte vulgar. Las formas de los coches caros y elegantes remiten hacia el arte. Los coches personalizados y pintados mediante tooning cobran para el dueño la importancia de una obra de arte, de su obra de arte. En otro campo está el diseño gráfico, verdadera aplicación funcional del arte para obtener objetivos empresariales. El diseño de las líneas de los automóviles podríamos colocarlo también en este ámbito de diseño.