Tríptico del pensamiento

Madera, acrílico, tinte de ebanistería, acero, acero inoxidable y barniz industrial. Agosto-2005
Medidas: 360 x 180 cmts.

 

Esta obra es bastante compleja. Se compone de tres partes más una que sirve de explicación a la última parte. Cada una de estas tres partes representa un tipo de pensamiento. Están el pensamiento plástico, el conceptual y el creativo.

Pensamiento plástico
La primera parte consiste en haber pintado con tinte aerografiado la famosa puerta del último trabajo de Marcel Duchamp. A través del agujero de la puerta se ve la escena que presentó el artista. La intención de esta parte de la obra es hacer entender el mensaje conceptualista en el que la idea ya es la obra de arte.
El espectador a través de agujero que dejan las maderas de la puerta contempla una escena en soledad. Nadie comparte con él a la vez esa visión de una mujer desnuda sosteniendo un farol de gas porque sólo hay sitio para que mire una sola persona. Sabemos por la ciencia que la imagen es una simbiosis entre la luz que trasmite las ondas energéticas rebotadas en los objetos y el cerebro que las traduce. Sabemos que los objetos donde la luz refleja están fuera pero también sabemos que la imagen se produce en nuestro cerebro. La enajenación y perplejidad de la visión nos hace sentir que la visión está fuera, pero sabemos que no podemos percibir algo fuera de nuestros sentidos, fuera de nuestro ser porque la imagen se produce dentro de nuestro cerebro. Los objetos que vemos no pueden estar dentro de nuestro cerebro y las imágenes que se forman en nuestro cerebro no pueden estar fuera; fuera están los objetos de esas imágenes pero no las propias imágenes. Como las imágenes en nuestro cerebro y los objetos externos son una misma cosa, como la visión interna y los objetos externos que vemos es lo mismo, se produce un acto de enajenación , de sentir la naturaleza como algo ajeno a nosotros, algo que está fuera de nosotros, incluida la visión, y por lo tanto nos hace sentir que esa visión también está fuera de nuestro cerebro. Tal vez muestre claridad la lectura de "Nueva refutación del tiempo" , en Otras Inquisiciones, de Jorge Luis Borges, donde señala la base teórica del idealismo de Berkeley. Resalto una frase: "No niego que la mente sea capaz de imaginar ideas; niego que los objetos puedan existir fuera de la mente."
Lo que quiero mostrar en esta parte de la obra es que lo que vemos a través del agujero de la puerta y la imagen en nuestro cerebro es lo mismo, más aún cuando la visión sólo se puede percibir por una sola persona. Pero la imagen más allá del agujero es tridimensional, es física, tiene relieve y tacto (en el caso de la obra de Duchamp, en el mío es sólo una foto de aquella escena), mientras que dentro del cerebro la imagen no es ni bidimensional; es unidimensional, es imagen visualizada, imagen pensada, es pensamiento, es similar a la idea, es idea.
Para mi Duchamp en su última obra quiso representar la diferente plasticidad entre dos imágenes (la de dentro del cerebro y la que está detrás del agujero) que son una tautología, ya que en realidad hay una sola imagen. La complicidad es mayor entre imagen mental interna e imagen física externa al limitar la mirada mediante un diminuto agujero. El momento de ser vista la imagen de esa mujer desnuda sosteniendo un farol es única, es para una sola persona, no puede ser compartida por lo diminuto del agujero, y eso hace que se pierda la diferencia entre imagen externa física e imagen interior mental, entre interior y exterior, por esa individualidad. A esta parte de la obra le doy el nombre de pensamiento plástico.

Pensamiento conceptual
En la segunda parte del tríptico he pintado a Gradiva, musa de los surrealistas y protagonista de un relato de Sigmund Freud en el que interpreta un sueño de ficción, un sueño soñado por un personaje literario. En la mano sostiene un puñal, pero la empuñadura en realidad es un pene. No tiene forma de pene, sino que es un pene, algo que sólo puede suceder en el mundo de los sueños. De esta manera represento en su mano a Eros y Thánatos, partes fundamentales en la teoría del psicoanálisis. Si en la imagen anterior veíamos el trasfondo a través de un agujero en las maderas deterioradas, aquí podemos verlo a través de un ojo de cerradura. Se ve un lienzo en blanco en el que si nos fijamos bien, se aprecia unas rayas de carboncillo borradas que dejan los trazos de la cara de una mujer joven. Con ello quiero representar el pensamiento descarnado, el rastro que queda en la memoria el pensamiento plástico anterior. La memoria asimila las imágenes e ideas sintetizándolas, como si necesitara ahorrar espacio. Cuando pronuncio el concepto silla para mí se me revela como el dibujo elemental de un niño: un cuadrilátero, cuatro rayitas verticales para las patas y tres líneas que componen el respaldo. Me puedo imaginar una silla rumbosa, de madera tintada, alta, solemne; o puedo imaginarme una silla de plástico de terraza de bar. Puedo imaginarme todas las sillas del mundo pero cuando pronuncio la palabra silla me imagino la visión más elemental de la silla, y todo en unas milésimas de segundo. Sé que silla en el diccionario se define como "asiento individual con respaldo, generalmente con cuatro patas y sin brazos". Cuando pronuncio la palabra silla sé que estoy diciendo todo esto y englobo todas las sillas posibles, pero en medio segundo de pronunciación sólo cabe sitio para la silla sintetizada, esa silla que se parece al dibujo elemental de un niño.
El pensamiento sintetiza las imágenes. Por eso cuando pintamos de memoria pintamos los ojos como dos paréntesis invertidos y la boca con una raya recta, a veces adornada por dos montes y otro paréntesis debajo de la recta. Pintamos y miramos de memoria porque la memoria conserva los rasgos elementales de las cosas. El símbolo es también un mecanismo de la memoria para ordenar esas imágenes, esos recuerdos. A esta parte del tríptico le doy el nombre de pensamiento conceptual.

 

 


 



Pensamiento creativo:
La tercera parte del tríptico está formada por dos paneles de madera, uno delante y otro detrás. El de delante presenta un gran ojo de cerradura, que lo vincula a las anteriores partes. Encima de ese ojo hay escrita una cuarteta de Nostradamus, famoso médico, vidente y astrólogo francés que vivió en el siglo XVI y del que se han encontrado recientemente unos pocos versos nuevos de sus profecías. Detrás del primer panel se ve una cara con un gorro como de obispo, con una mitra. La cara parece una calavera. La cuarteta dice así :    
   
                                                                       En el corazón de la ciudad del buen río
                                                                       Ante Cristo hacia el Este mirará
                                                                       La ilusión renueva la mitra del Templario
                                 
                                      Bajo el esplendor habrá una forma oculta.

 

 

En el panel de al lado coloco la interpretación de esta críptica cuarteta, y la procedencia de la no menos enigmática imagen del segundo tablero. En realidad no es una sino que son dos las interpretaciones que han hecho los seguidores del vidente francés de esta cuarteta.
          
        Primera interpretación:

        En el corazón de la ciudad del buen río se refiere a la catedral de Bayona. Bayona es un nombre que proviene del euskera, de "Ibai" y "ona", es decir río bueno. La catedral es sin duda el corazón de la ciudad, lo que más visitantes atrae y lo que más se admira.
        Ante Cristo hacia el Este mirará, según las interpretaciones se refieren al Anticristo, al Diablo. Encima de la puerta de entrada, que está en el oeste, orientada como casi todas las iglesias y catedrales, hay un enorme órgano del siglo XIX, Visto desde el otro lado de la catedral parece una cara en la oscuridad del arco gótico. Es una imagen que no se sabe si fue colocada con intención simbólica o es casual. Algunos afirman que representa a Asmodeo. No es imposible que represente al Diablo si tenemos presente que muchas de las obras de las catedrales son terribles y agoreras en su ambición de despertar temor. Llenas están las esculturas de piedra de muchas catedrales de diablos con cuerpo de hombre y cabeza de animal, que asan en una olla a los hombres o los retuercen en un grilletes. En el propio pórtico de esta catedral, que conecta con al claustro, hay un diablo cociendo en una olla a un personaje coronado y a otro mitrado. Despertar temor fue un acicate en la Edad Media para remover las conciencias. El padre Saunier Berenger, aquel párroco polémico que debió desenterrar unos secretos muy valiosos al hacer una excavación, visitó muchas veces la catedral y, se dice, reconoció la existencia simbólica de lo que este órgano musical representaba. Tal vez su Asmodeo era una referencia a éste otro. "Notre-Dame" de Bayona tiene el nombre del vidente de la profecía, de Michel de Nostradamus, que realmente se apellidaba Nostre dame. Hay quien dice que Nuestra Dama era otra dama, relacionada con los Cátaros y las leyendas que han cimentado el best-seller El Código da Vinci.
La teoría está fundamentada en una imagen exterior que no es otra cosa que el escudo de Francia, con la corona y dos ángeles a ambos lados, pero que desde una distancia adecuada parece la imagen de una dama. Las dos flores de lis primeras simbolizan los ojos; la de abajo representa la nariz y la boca; Los ángeles de ambos lados parecen las orejas y el pelo. La corona no es celestial, sino que es una corona terrenal. Este anagrama antiguo representaba a María Magdalena, según estudios afines a las teorías de los Cátaros, en cuyos principales textos aparece una imagen similar. Si añadimos a esto que dentro de la catedral se halla un Pentáculo, muchos se dedicarían a buscar la clave de bóveda en Bayona en lugar de en París, si El Código da Vinci no fuera tan fantasioso. Hay muchas más sorpresas, la mayor es la hermosura de esa catedral:: un hombre mira desde lo alto de la bóveda, detrás de unas hojas como si mirara escondido. Las paredes están todavía revestidas de color rojo y azul, con la flor de lis y otros adornos geométricos que nos dan una lejana idea de la belleza que tuvo que tener en su juventud ese edificio. En el ábside está la nave del coro, en forma de medio círculo, compuesto por siete capillas. En ellas las pinturas con fondo de pan de oro nos muestran un engaño óptico, un trampantojo, que hace que las figuras parezca que salgan y que se metan según la luz que les da. Además, para más confusión, delante de estas pinturas están colocadas unas esculturas, relacionadas con las figuras pintadas que tienen detrás. Más arriba las vidrieras, rebosadas de luz, hacen percibir y confundir al espectador, mostrando las dimensiones del arte en escala: la tridimensionalidad de la escultura, la tridimensionalidad fingida de las pinturas del fondo, la bidimensionalidad de las pinturas que aparecen en la primera altura y la bidimensionalidad líquida de la luz de las vidrieras, semejante a la música. Los rayos del sol de la mañana que atraviesan las vidrieras de estas capillas, dejan señales de arco iris en las paredes y el mismo rayo, en la junta de algunas piezas rojas de la vidriera, parece incendiarse. Todo respira magia y misterio. Está el emblema de Francisco 1º, la salamandra, animal al que del Bosco, con fama de alquimista, le daba un valor simbólico. Habrá sin duda otros detalles que se pierden en la negrura que ha ido acumulando la catedral a lo largo de los años.




1- La imagen del órgano vista de noche desde la cabecera de la catedral. Parece un guerrero templario o la calavera de un obispo con mitra.
2- La imagen del órgano de día, visto desde la mitad de la nave central. Parece la cara del personaje malvado de La guerra de las      Galaxias. Aunque la verdad, con las puertas de entrada abiertas de par en par y la luz del rosetón la imagen no resulta tétrica. Más bien al      contrario, parece bonachona. Con la puertas cerradas y al caminar hacia la salida mirando el órgano, el adorno superior de la columna      central parece un pájaro negro en contraste con la luz cegadora del rosetón.
3- Dalí y la calavera, de Halsman. No es extraño que un órgano pueda parecer una cara o una calavera si un ramillete de mujeres, colocadas de manera estratégica, también lo parece.
4- La tercera parte del tríptico: El ojo de cerradura, la cara y la cuarteta LXXI de la Centuria VII, encontrada hace poco en Aix de      Provence.
          La ilusión renueva la mitra del templario significa que el engaño óptico, es decir la ilusión óptica, nos hace que veamos el arco gótico y el rosetón como un gorro de obispo, haciendo una misma imagen con el órgano. En realidad es el verso el que facilita la sugestión. Si el primer verso nos lleva a la catedral de Bayona y el segundo a mirar hacia el este y el oeste, el tercero nos hace ver una cara con una mitra y suponemos por el verso que es un templario. El hecho de encontrar esas nuevas cuartetas nos ha permitido (tal vez mediante la sugestión) encontrar esta cara.
         Bajo el esplendor habrá una forma oculta. Ese verso nos obliga a mirar hacia el esplendor del rosetón, hacia el resplandor de su luz. Y ahí vemos, sugestionados por el cuarto verso, una forma oscura. El adorno de la parte de arriba del órgano se torna oscuro por el contraste de luz con el rosetón. La parte del rosetón que contiene las vidrieras aparece también oscuro. Las formas inferiores de este soporte se funden con el adorno mencionado, muy oscuro también, y parecen que son las alas de un pájaro negro, que se ve por un instante mientras caminamos, pero que después desaparece cuando damos unos pasos más y aparece la imagen de la Virgen con el niño en brazos, en esa forma ovalada, como si fuera un camafeo.
          

          Segunda interpretación:

         En el corazón de la ciudad del buen río, según otro intérprete, se refiere al centro financiero de Manhattan, que es el centro neurálgico de la ciudad de New York. El río de esta ciudad es el East, que significa Este, Oriente. Hay que tener presente que la buena orientación de las catedrales (Nostradamus era muy religioso) era hacia el Este. El East está orientado hacia este punto cardinal, desemboca en el Este, y por eso se llama así. El que se llame East y el Este sea el punto cardinal de las catedrales, le convierte en un buen río.
         Ante Cristo hacia el Este mirará, señala el intérprete, se refiere a  la postura que George Bush hijo tomó después del atentado del  11-S. Miró hacia el Este, hacia Afganistán y más tarde hacia Irak. Como su padre, rezó antes de iniciar la guerra, de ahí la expresión Ante Cristo. Podría ser la cuarteta una alusión a la primera guerra contra Irak también, pero el último verso es decisivo para entender que se refiere a la segunda.
          La ilusión renueva la mitra del Templario. La ilusión, es decir el engaño (los informes sobre armas químicas habían sido exagerados), renueva la mitra, renueva el poder. De nuevo se puede hacer la guerra. Con la frase renueva la mitra del Templario alude a Las Cruzadas, a las guerra entre moros y cristianos. Vaticina que volverá de nuevo el templario, la guerra entre Oriente y Occidente.
         Bajo el esplendor habrá una forma oculta se refiere a que bajo aquellas frases bien intencionadas como Paz duradera, se escondieron las verdaderas razones de aquella guerra. No había ningún motivo para implicar a Irak con el atentado de las Torres Gemelas. a falta de argumentos, se erigió el del terrorismo. El informe sobre armas químicas que presentó Powell resultó falso, según demostrara el inspector de Naciones Unidas Blix. Después de la guerra tampoco aparecieron las armas químicas, que fueron el pretexto para iniciar la guerra.

 Pensamiento creativo. (y explicación de la estrofa de Nostradamus)
Si primero en la formación del pensamiento surge el pensamiento plástico y después el conceptual, finalmente aparece el pensamiento creativo. El pensamiento creativo resulta de la combinación arbitraria del pensamiento conceptual. Este pensamiento creativo no tiene por qué ser lógico, ni verdadero, ni aprehender la realidad exterior, aunque debe contener un mínimo de lógica, de coherencia, para no caer en el vacío de la locura. Incluso la locura debe de contener un mínimo de coherencia para el enfermo, seguramente. Si observamos algunas dolencias paranoicas encontramos que la percepción del enfermo de la realidad es equivocada; sin embargo el montaje estructural de los hechos y actos encadenados entre sí guardan un relación de continuidad, de aparente lógica, al menos para el enfermo. Un hipocondríaco estaría equidistante entre la percepción real y la paranoia. La argumentación que sostiene un médico la desmorona inmediatamente, pero mientras tanto él urde su propia teoría de funcionamiento corporal y cree que sus dolencias son reales. ¿Quién alguna vez, ante la tardanza de un familiar querido, no ha tenido durante un momento el miedo a la posibilidad de que haya tenido un accidente?. ¿No le habrá pasado algo? En ese abanico está la posibilidad de quedarse sin gasolina, extraviar el camino, pinchar una rueda, salir tarde, etc..en el temor del que espera. Si la espera se va alargando, se piensa de todo y cuanto más se tarda, peores cosas pasan por la cabeza de manera imperceptible. Uno debe coger el teléfono y asegurarse.
Esto es debido a que el ser humano necesita la narratividad, necesita entender las cosas, necesita la coherencia. Allí donde le faltan datos, el hombre rellena esas insuficiencias, aunque no pueda verificar que sean ciertas. El ser humano, más que la verdad, necesita la lógica, el encadenamiento de hechos y actos que se relacionen entre sí. Cuando algo no encaja, algo va mal. Pero cuando todo encaja, todo va bien, aunque se viva en una mentira siempre que sea creíble. Alguien dijo que Picasso solía decir: "el arte es una gran mentira que nos hace ver la verdad".
El propio lenguaje puede falsificar la realidad, puede mentir. Pero lo que no puede hacer es que sea incoherente el orden y la relación entre las palabras. Hay metáforas donde la relación entre los dos términos que la componen se acerca a la locura. La propia metáfora es una trasgresión de la lógica. Pero aunque así sea, y en los casos más extremos, todavía conservan un mínimo encadenamiento de coherencia, de relación entre ambas partes.

El caso que nos ocupa, esta tercera parte del tríptico, está inspirado en una obra que Joan Fontcuberta presentó en el museo Artium hace cuatro o cinco años. Creo que se titulaba La isla de los vascos, una supuesta isla que la fijaba en la cartografía, en la que solían arribar los balleneros vascos. Toda una amplia documentación presentaba para justificar esa afirmación, que era falsa. Es un artista que le gusta mezclarrealidad y ficción.
Cuando alguien mezcla una verdad con algunas falsedades corre el albur de que no sea creído nada de lo que afirma. Cuando a una falsedad se le aporta rasgos circunstanciales, como hace Borges en su literatura, o documentos y testigos de cierto prestigio, y se añaden fechas y comentarios alusivos al tema, corre la posibilidad de que esa falacia sea creída. Esta manera nueva de obrar la he acuñado con el sobrenombre de Neosurrealismo. El surrealismo traía lo irreal, lo mítico, lo subconsciente, lo onírico hacia la realidad mediante la realidad de la forma, mediante el realismo de la pintura con el que se pintaba en ese estilo. Es difícil pintar surrealismo con una pintura confusa. Dalí y Magritte fueron excepcionales pintores de realismos formales con contenidos fantasiosos. Roberto Matta sí que tenía una pintura confusa, que se confundía con la ciencia-ficción. Pero no era un surrealismo puro como el de los otros dos pintores. Matta estaba muy cerca de la abstracción por la composición de su forma mientras que Dalí y Magritte estaban en el lado opuesto, muy lejos de la abstracción en la forma, lejos del realismo en el contenido. Estaban equidistantes del realismo y de la abstracción. Estaban en el surrealismo.
En el caso de esta obra se está tan lejos de Dalí y de Magritte como de Roberto Matta. Se está cercano a Joan Fontcuberta. Aunque se trae lo fantástico, lo fantasioso, lo falso hacia la realidad, se hace mediante los contenidos y no mediante la forma, al contario que en el surrealismo. Son algunos contenidos de la obra tan ciertos que hacen dudar que otras partes más fantástica de esa obra no lo sean también.
En el caso de la tercera parte de esta obra, que la llamo, como ya he dicho, neosurrealista, combino falsedades y verdades en un tanto por ciento compensado. Es ocioso repasar lo que he señalado sobre la guerra de Irak en la segunda interpretación, porque básicamente es cierto. El río se llama East, Bush invocó implícitamente el nombre de Dios, aunque el Papa desaprobara la guerra, las armas químicas no han aparecido y las luchas entre Occidente y Oriente nos retrotraen a las luchas de los Templarios. En la primera interpretación es cierto que haya un órgano de 1865 con la tribuna y la caja de 1705, y que recuerdan a una cara. En cualquier caso es relativamente actual. Es cierto el escudo exterior, que parece una cara. Es cierto el pentáculo, colgando en el techo a la altura del órgano. También es verdad la vidriera de La Cananea.
Es una invención que Saunier Berenger visitara la catedral con frecuencia ni que estuviese dedicada a otra dama que no fuera la Virgen como lo muestra la "pieta" que se halla en el exterior, en el Aguilón, entre las dos torres. El escudo exterior no aparece en ningún tratado de los Cátaros es todavía más falso la aparición de María Magdalena en alguna parte de la catedral. La inscripción que aparece en la vidriera de la cananea no se encuentra también en la base del órgano como he afirmado. Tampoco es probado que Bayona provenga de Ibai-ona, es una invención mía, aunque existan muchos términos en esa zona con etimología del euskera.
Pero la mayor falsedad de todas, la que deja sin lugar a dudas en la más profunda ficción cualquier afirmación hasta aquí dada, es que la cuarteta no existe, es falsa, y nunca ha existido. Al explicar la obra señalo que es una de las cuartetas que se encontraron recientemente de una de las centurias que era la única que no tenía cien cuartetas. No es cierto; no se han encontrado cuartetas nuevas. Esta cuarteta me la he inventado. Primero me inventé cierta trama de la cara, porque me pareció curioso que el órgano pareciera una tétrica imagen. Después con la posibilidad de que Bayona significara Río Bueno fui hilvanando esos versos, de manera que era el verso lo que se ajustaba a esa narrativa que iba encajando. Remodelé otra vez los versos para que se pensara que Nostradamus hablaba también de la guerra de Irak. Así obtuve esta gran mentira. Además, los versos de Nostradamus son tan oscuros que tan difícil es afirmarlos como refutarlos. Por otra parte la credulidad de la gente suele ser muy dócil.

No sé si alguien ha sido crédulo sobre estas afirmaciones. Pero al menos pienso que, bromas a parte, se habrá entendido qué es un pensamiento creativo, que era de lo que se trataba, por encima de este guiño o adorno para el entretenimiento. Todo pensamiento es creativo porque el ser humano necesita creer y creer es aceptar una narratividad. El ser humano necesita hacer que las cosas encajen, aunque ese encaje sea falso. Pero sólo será falso en el sentido de que no se ajusta a la realidad, pero eso no significa que sea inútil. Si el ser humano necesita esa narratividad no puede considerarse inútil la ficción literaria, la ficción de la pintura y del arte: Ni siquiera puede que sea inútil la tonta superstición de leer el horóscopo en el periódico del día, aunque yo no soy partidario ni comparto esa estupidez. Aunque al fin de las cuentas, leer esas futuras admoniciones y consejos y hacer una revisión paralela en nuestra vida no es muy diferente que leer unos versos y compararlos con algo que ha pasado o le va a pasar al mundo.
El hombre necesita de la ficción para entender la realidad. Es cierta la frase de Picasso mencionada: "el arte es una gran mentira que nos hace ver la verdad"

 

Resumo los tres tipos de pensamiento.

Pensamiento Plástico: Son la imágenes que se perciben en nuestro cerebro. Se corresponden con los objetos externos.

Pensamiento Conceptual: Es el mecanismo que el cerebro utiliza para fijar o recordar las imágenes del pensamiento plástico. El símbolo, la repetición y la asociación de imágenes son herramientas para solidificar el presente en recuerdos y para activar la memoria.

Pensamiento Creativo: Es la combinación arbitraria de los recuerdos que han sido grabados mediante el pensamiento conceptual, mediante la memoria. En la medida en que estos pensamientos personales coinciden con el pensar general, se ajustarán a la realidad, a la verdad, aunque la verdad absoluta es inalcanzable y no es nunca una proporción de mayorías, un número en la estadística. La verdad absoluta es sin duda una revelación, algo que trasciende la  capacidad de la nuestra manoseada estadística.

1- En la foto se aprecia una Piedad coronando la cúspide del triángulo que sostiene el tejado. Es el símbolo que afirma que esa catedral está levantada en honor de La Virgen, Nuestra Señora, Notre-dame de Bayona. Sobre el rosetón se aprecia la figura a la que algunos suponen la prueba de que estaba dedicada encubiertamente a María Magdalena, de sangre real, según el Código da Vinci.
2- En el escudo las flores de lis parecen ojos grandes y carnosa boca de mujer. Los ángeles conforman el pelo.
3- El pentáculo, símbolo del Diablo para unos, de la feminidad para otros, aparece precisamente encima del gran órgano, encima de Asmodeo, pero en este caso el símbolo lleva una cruz..
Esta interpretación está reforzada por la coincidencia de este efecto con el tema de la vidriera más antigua de la catedral. Esa vidriera la titulan La Cananea y está ubicada en la capilla de San Jerónimo, en la parte izquierda. En ella se narra la historia de una niña poseída por el diablo. Su madre pide arrodillada a Jesucristo que la cure. Él la sana y el demonio sale volando de ella con alas de murciélago. En la vidriera aparecen también los donadores, Francoise Laduch y su esposa, y a su lado una divisa que dice "Nunc et semper". Es la misma inscripción que aparece en la base del órgano. Por eso se ha supuesto esta interpretación y una correspondencia entre el órgano y la vidriera. El pájaro que se ve con alas negras, que parece un cuervo, imagen provocada por las superposición del órgano y el rosetón cuando se mira desde la nave central mientras caminamos, desaparece al final como si se hubiera volado, como si fuera el diablo con alas de murciélago que se cita en los evangelios (Mateo, 15, 22). Además está la coincidencia de que el pentáculo, símbolo de la feminidad según unos, del diablo según otros, se encuentra situado encima de ese gran órgano, en el medallón donde se juntan los arcos de la bóveda.
Esta es la imagen que aparece detrás de la puerta que realizara Duchamp y la que también se ve en la que yo he pintado. En el caso de Duchamp fue un montaje, una instalación; en mi caso es una fotografía.
En el lienzo se ve muy débilmente los trazos borrados del carboncillo. Este lienzo se muestra a través del ojo de la cerradura de segundo panel donde aparece Gradiva. Desde ese ojo de cerradura no se abarca la totalidad del lienzo. La imagen se ve fragmentada y las líneas borrosas no definen con precisión los rasgos. Es una manera de indicar, suponer e imitar los mecanismos de síntesis que utiliza la memoria para grabar y recordar hechos e imágenes.